La alimentación es uno de los tres pilares fundamentales para el tratamiento y el buen control de la diabetes, por tanto se le debe dedicar la atención que merece. Es importante comer sentado y tener por lo menos entre 30 y 45 minutos para hacerlo ( lo ideal es de 45 a 60 minutos) y estar en un ambiente agradable.
Aquello que comemos influye de forma directa a nuestra glucemia, y también a nuestro peso. Es muy importante mantener un peso saludable, un exceso de grasa tiene muchos efectos negativos, entre ellos aumentar las necesidades de insulina ya que provoca resistencia a ésta.
La alimentación de una persona con diabetes debe ser equilibrada, suficiente, variada y agradable.
El equilibrio implica que incluya los principales macro nutrientes en las proporciones adecuadas; Alrededor de un 50-55 % del total de la energía debe venir de los hidratos de carbono, preferiblemente de grano integro para aumentar el contenido de fibra y reducir la cantidad y velocidad de absorción de h.c.
Los azúcares de elección serán los que incluyen las frutas que pueden tomarse hasta 3 piezas al día, siempre repartidas en diferentes tomas, y si es posible con piel.
Conviene evitar el azúcar blanco, moreno la miel y los siropes vegetales, ya que son glucosa, sacarosa o fructosa prácticamente puras.
Fibra: No aporta energía, pero tiene mucha importancia, una de ellas encargarse de la regulación de la absorción de nutrientes y otra muy importante regular el transito intestinal, por tanto lo deseable es consumir verduras y hortalizas 2 veces al día, idealmente una vez cocidas y la otra crudas.
Entre un 12 y un 25 % de la energía provendrà de las proteínas, que pueden ser de origen animal o vegetal. Por lo que respecta las vegetales se conseguirá un buen perfil proteico mezclando familias de alimentos, por ejemplo cereales con legumbres, o texturizados de legumbres como la soja, la ventaja es que no aportaran colesterol ni apenas grasas saturadas, pero hay que tener en cuenta que si aportan carbohidratos y hay que contabilizarlos. La proteína animal de elección serán las carnes blancas y los pescados ( conviene tomar pescado azul 1-2 veces por semana) y si no hay problemas de hipercolesterolemia se podrán tomar carnes rojas con esa misma frecuencia ( procurar evitar los embutidos, o reservarlos para consumo muy ocasional, una vez al mes).
Entre un 30-35 % de las kcal vendrá de las grasas. La grasa de elección para aderezar, sin duda es el aceite de oliva virgen crudo, también debemos asegurar el aporte de Omega 3 mediante frutos secos crudos, como las nueces y piñones, pescados azules como atún, bonito, caballa, salmón, sardina etc… y procurar que la grasa que proviene de las carnes, sea la menor proporción posible. Para cocinar conviene usar aceite de oliva refinado.
La cantidad debe ser suficiente, no hay que pasar hambre, por tanto si queremos bajar peso, debe asesorarnos un profesional de la alimentación. ( consejo: jugar con el aporte de fibra y proteínas bajas en grasas).
Variada : cada grupo de alimentos ofrece un abanico amplio y extenso de opciones, debemos explorarlas todas ya que por ejemplo en las frutas, cada una nos aporta una vitamina o polifenos diferente que no nos aporta otra.
Agradable: Comer es un placer innegable, por lo que debemos procurar esforzarnos en las presentaciones, la combinación de colores para que una alimentación sana y adecuada sea también apetecible y sabrosa.
Éstas pautas sirven para diabetes tipo 1 y 2, aunque por norma general el paciente tipo 1 tiene mas margen en las cantidades (siempre y cuando esté en normo peso y consiga unas glucemias correctas) ya que utilizan insulinas rápidas que permiten ajustar dosis.
Por lo que respecta al paciente con tipo 2, es habitual que tengan sobrepeso u obesidad y no siempre están tratados con insulina por lo que las cantidades de carbohidratos serán muy reducidas ( manteniendo la proporción anteriormente mencionada, ya que sus totales calóricos también deben ser inferiores) y será importante que se sacien con fibra y proteína magra.
Sara Casals
Especialista en Dieta y Nutrición