¿YO SE CUÁNDO MI HIJO TIENE HAMBRE O, ESTÁ SATISFECHO?
Por: Angela Jaramillo
Un niño con diabetes bien controlada con mucha frecuencia tiene que estar pendiente de las sensaciones de hambre o saciedad. Es importante confiar en lo que el niño dice, si tiene hambre o se siente satisfecho. Si los padres están siempre alerta y/o preocupados ofreciendo o evitando que ingiera algún alimento, el niño no podrá registrar exactamente cuándo realmente, tiene hambre o no y, comerá porque su papá o mamá están inquietos, “siempre”, por su glucemia además, sin dar explicaciones claras que dejen un aprendizaje comprensible respecto a prevenir y evitar las muy comunes, complicaciones agudas.
Un niño pequeño entiende perfectamente cuando sus padres le “explican” en términos sencillos pero reales, veraces y utilizando los términos propios de la diabetes el porqué de la necesidad de comer más o comer menos en determinado momento y, alimentarse saludablemente incorporando todos los nutrientes. El niño sabe y siente si tiene hambre o no quiere comer más, pero muchos padres, especialmente las mamás, ofrecen al niño comida porque ELLAS tienen hambre.
El niño con diabetes debe acostumbrarse a escuchar la diabetes en términos de diabetes y entender la diferencia entre un “antojo” o la necesidad de cubrir una hipoglucemia o, la falta de apetito cuando su nivel de glucosa está alto. Darle al niño tiempo para reflexionar y construir “su propia opinión” sobre la porción de las comidas y los horarios.
El qué y la cantidad de bebida que acompaña las comidas o la exigencia de líquidos en determinados momentos, requerirá la guía y apoyo de sus padres hasta que el niño aprenda a dilucidar entre la sed debida a hiperglucemias o al simple deseo de tomar un líquido.
Poco a poco. Con la tranquilidad, la inteligencia, la creatividad y la verdad en las explicaciones, los niños pequeños con diabetes podrán comprender los porqué, los cómo y los para qué de su cuidado.
Los niños pequeños que tienen diabetes pueden dejarnos asombrados con su maravillosa inteligencia. Claro que sí entienden!